La química demuestra que para que la vida exista es necesario que las partes
distintas se unan y se junten en un todo. Entre el ánodo y el cátodo, polos
negativo y positivo respectivamente de un generador eléctrico, surge la energía;
los cationes buscan a los aniones para formar estructuras atómicas diferenciadas
entre sí, que a su vez darán lugar a moléculas y después a organismos más
complejos y desarrollados, entre los cuales se encuentra también el ser humano.
El Tarot nos habla en clave, metafóricamente, de todo esto. Pero además nos
recuerda que no estamos solos en el Universo y nos invita a entablar un diálogo
con aquello que tanto nos asusta, porque tan distinto y opuesto resulta y
sin embargo, forma parte de nosotros mismos. El más allá es a veces también
el más acá, así como el otro, o lo otro, es a menudo el otro yo, aquello que
duerme en lo más oculto de la mente y que hace posible lo que la razón sola
no concibe. Seamos hombres o mujeres, el Tarot será mediador en esa íntima
y prolífica conversación con uno mismo, facilitando la tarea de descifrar
el lenguaje de sueños y pesadillas. De nosotros dependerá, una vez despiertos,
hacerlos realidad, pues, no existen cartas buenas o malas sino sólo opuestas
y complementarias. Todo depende de cómo se relacione e identifique con ellas
y con su momento actual el propio consultante. Tómese su tiempo para interpretar
su mensaje, medítelo. Seguro que le ayudará a descubrir cuántos tesoros ocultos
guarda usted en su interior. Los arcanos mayores conectan con el inconsciente
colectivo de toda la humanidad pero también dan mensajes concretos a un nivel
individual. Aunque "todo el mundo tenga un loco, un mago, un rey... en su
interior", el Loco, el Mago, el Diablo o el Emperador, por ejemplo, no representan
lo mismo para un ejecutivo que para un artista. Y tampoco pueden aplicarse
igual los mensajes de cada arcano a un hombre que a una mujer, como su lectura
no será la misma para un anciano o para un niño. Cada caso tendrá sus matices
correspondientes porque las mismas imágenes mueven distintos sentimientos
y emociones aunque su lectura sea universal. Es sumamente importante tener
en cuenta estos detalles, así como que el lenguaje de los símbolos nunca ha
de interpretarse textualmente. Si la Emperatriz en un tiraje determinado de
cartas no significa que el o la consultante -así como ninguna persona allegada
a ellos- haya de ser una reina sino que anuncia una situación de poder, tampoco
el arcano sin nombre (la Muerte) se refiere a ningún fallecimiento, sino a
un cambio, a la muerte de una circunstancia. Cada arcano mayor alude a un
personaje o situación determinada que a su vez forma parte de un sólo conjunto.
Algo así como los diferentes papeles que ante el guión de la propia vida representa,
según las características del momento, un único actor y protagonista principal;
usted o cualquiera que consulte estas cartas. El Tarot es así un juego didáctico
e instructivo, un instrumento que invita a meditar, reflexionar, aprender
sobre la propia vida y las circunstancias que rodean a la misma. Y al igual
que las cosas cambian con el tiempo, tampoco las cartas han de ser siempre
las mismas para una persona en diferentes etapas de su vida. Y por supuesto,
a la hora de interpretar un arcano, hay que considerar el resto de los que
surjan en la consulta, sobre todo de los más cercanos, para valorar todo el
conjunto. Un As puede representar, por ejemplo, el nacimiento de algo nuevo
y la fuerza para desarrollarlo de la que uno mismo dispone. Pero, si las cartas
que lo rodean son conflictivas, podría suponer grandes obstáculos también
para que aquéllo crezca e incluso la posibilidad de que aborte, malogre o
fracase.
Las cartas del Tarot nos regalarán unos minutos de preciosa intimidad, de estar
a solas con uno mismo, que servirán de reflexión sobre el instante actual, pues,
la base de todo buen oráculo es la de conocerse a sí mismo y al momento en el
que se vive, el presente. A partir de aquí se podrán efectuar pronósticos futuros
o indagar en el pasado, si es que existen temas pendientes por resolver. Por
eso, a la hora de consultar el Tarot céntrese siempre en el aquí y ahora. Sólo
así obtendrá pautas de conducta o sugerencias que le ayuden a resolver problemas
y a sacar mejor partido de cualquier situación en la que usted se halle. Por
lo demás, tanto da que formule preguntas sobre temas concretos o que lo haga
a un nivel más general, aunque suele ser más aconsejable y clarificador lo primero.