LA ENTRADA DE NEPTUNO EN PISCIS, SU COINCIDENCIA CON LA PERSISTENCIA DE LA CRISIS MUNDIAL Y SU ESTANCIA ALLÍ HASTA ABRIL DE 2025

Neptuno, astro que debe su nombre al dios de todas las aguas terrestres y cuyas acepciones astrológicas se asocian, en contraposición a Saturno, a la energía disolvente y aglutinante capaz de disolver y mezclar, unir y reunir, ligar y religar todas las cosas, saldrá de Acuario el 4 de abril de 2011 para entrar en Piscis, signo al que precisamente rige este planeta y donde, aunque en agosto vuelve a Acuario por ponerse a recular, se quedará unos trece años, exactamente desde el 2 de febrero de 2012 hasta el 30 de marzo de 2025, para no volver allí hasta que pase más o menos siglo y medio.

Al igual que los atributos del señor del mar y como los del agua misma, elemento al que pertenecen tanto Cáncer y Escorpio como el propio Piscis, signo de los escurridizos Peces, el significado astrológico de Neptuno se relaciona con todo aquello que, sin tener una forma concreta ni determinada más que la del recipiente que lo contiene, encierra y aglutina en sí mismo todas las formas posibles e imaginables de vida sobre la Tierra, nuestro Planeta Azul, llamado así por el color que emana visto desde el Espacio y que es el que precisamente le ceden los océanos que en gran parte la cubren. En el reino de Neptuno nacen o nacieron todas las criaturas terrestres conocidas compuestas a su vez, algunas de ellas casi en su totalidad, por un porcentaje muy elevado del líquido elemento. Ciertamente, como fluido que es, el agua sólo puede adquirir la forma del vaso, continente u oquedad que ocupe, pero es capaz de penetrar a través de todos los rincones de los cuerpos que encuentre a su paso e, incluso, de acabar por disolverlos más tarde o más temprano dependiendo de la mayor o menor permeabilidad de aquéllos. Tal es la fuerza de los ríos y de las olas marinas cuando esculpen a su gusto los más abruptos acantilados o modelan otras playas más dóciles. Quizá Neptuno, en su nuevo paso por Piscis, empiece a disolver también algunas sólidas estructuras sobre las que se ha apoyado hasta ahora buena parte de la sociedad humana...

Propias de Neptuno y de sus profundas aguas son asimismo aquellas situaciones tan ambiguas, confusas y resbaladizas como misteriosas, enigmáticas y reveladoras que nacen en lo más profundo del inconsciente, individual o colectivo, y que iluminando también la consciencia pueden transportarnos al maravilloso y poderoso mundo de la fe, de lo místico, lo religioso y lo fantástico, o a otros territorios más oscuros, engañosos y traicioneros de la mente humana.

No sabemos qué es lo que traerá esta nueva entrada de Neptuno en el mismo signo al que rige, pero sí podemos enumerar algunos acontecimientos que se sucedieron entre el 28 de abril de 1847 y el 15 de septiembre de 1861, período inmediatamente anterior a su tránsito actual y que, desde luego, se vinculan a sucesos característicos de Piscis y de su regente como son, por ejemplo, la movilización de grandes colectivos sociales que se reúnen en masa movidos por la fe o por un ideal común y con un mismo fin pues, como muy bien expresa el astrólogo Tito Maciá, “Neptuno es sobre todo aglutinador, su influencia es la misma que se puede observar en las bandadas de peces que nadan juntos formando un ser mayor; o la aves o los insectos cuando vuelan formando un solo grupo”.

El Manifiesto Comunista de 1848, el feminismo y la Convención de los Derechos de la Mujer que se celebra por vez primera en ese mismo año, o el movimiento sindical que se extiende por Europa en 1850, tienen lugar durante aquel período. Pero también coinciden con ese tránsito de Neptuno otros acontecimientos como son el auge del Espiritismo y de otras apariciones mágicas o religiosas como la que se dio en Lourdes. Es también entonces cuando, en 1848, nace un fuerte movimiento migratorio, el de la Fiebre del Oro, motivado por el descubrimiento en California de este metal. Y, tal como explica el pintor y astrólogo Francisco Chacón, “es muy curioso que la fecha en la que Lincoln jura la presidencia que abolió la esclavitud, el 4 de marzo de 1861, y la fecha de impresión de la Biblia sobre la que la juró, en 1853, hayan coincidido con aquella estancia de Neptuno en Piscis”.

Tampoco olvidemos que Freud, autor de La Interpretación de los Sueños y creador de un nuevo modo de entender la mente humana, el psicoanálisis, nace en 1856. Y que Darwin publica su revolucionaria y controvertida obra "El Origen de las Especies mediante la Selección Natural" en 1859, marcando un hito en la evolución de la cultura que enfrenta a la ciencia con la religión. O que los Hermanos Lumière, inventores de la realidad virtual con la que nos hace soñar el cine, nacen poco después de finalizar ese viaje de Neptuno a través de Piscis. O que, el mismo Barack Obama del nuevo tránsito neptuniano sobre Piscis que ahora vivimos, encarna el triunfo de la lucha por la igualdad de oportunidades para la raza negra y que, en su discurso de investidura, alude a la necesidad de autosacrificio en aras de lo colectivo.

Volver